“Una de las primeras medidas que tomé fue un mayor control para el inicio de actividades. Antiguamente, Chile era uno de los pocos países en que la boleta y factura había que timbrarla, mandarla a la imprenta, ponerle un folio y un timbre del SII. A las nuevas empresas que no conocíamos mucho se le timbraba un par de facturas. Todo eso pasó a un sistema full digital, lo cual es super bueno, pero en el camino se perdió el celo fiscalizador. Ahora, los derechos del contribuyente, la modernidad por internet, empresa en un día, puro fast track, pura modernidad y alegría, pero se metieron algunos frescos que hicieron fraudes muy grandes con facturas que fueron falsas, que se las vendieron para pagar menos IVA.”
La Tercera