Esta reducción será compensada con nuevos impuestos: uno será a las rentas de capital (IRC) con una tasa de 16%, a la que estarán afectos los propietarios de empresas que sean contribuyentes de impuestos finales, que será retenido al momento de realizar la distribución de dividendos; y otro gravamen sea a la primera distribución (IPD), con una tasa de 4%, que aplica a utilidades distribuidas por las empresas sujetas al régimen general de tributación.
Esto abre el debate sobre cómo se integrarán ambos impuestos, ante la posibilidad de que un dividendo pueda tributar en dos oportunidades.
Diario Financiero