La reforma propone un impuesto a la riqueza, al cual quedan sujetas las personas naturales con domicilio o residencia en Chile, por su patrimonio, tanto en Chile como en el extranjero.
El diseño considera un esquema de tramos, que parte en US$ 4,9 – US$ 14,7 millones, que tendrá una tasa de 1%. El segundo umbral estará sobre los US$ 14,7 millones, con una tasa de 1,8%. Al ser tipos marginales, el patrimonio por los primeros US$ 5 millones quedará exento.