Una discusión más informada y profunda para avanzar hacia un nuevo pacto fiscal sostenible y compartido es hoy un imperativo. Además, es necesario que esta conversación extienda el foco más allá de la recaudación. En 2014, la Encuesta Bicentenario mostró que un 56% de los encuestados cree que “el Estado tiende a despilfarrar los recursos que obtienen de los impuestos”. No servirá de mucho recaudar más recursos si el Estado no perfecciona la forma en que los gasta. En gran parte, la sobrevivencia de este nuevo pacto fiscal dependerá de la apertura que tengan las autoridades a escuchar las razones de la vereda de enfrente. ¿Avanzaremos hacia un verdadero pacto fiscal o será esta una oportunidad desaprovechada más?